En 1946 en la ciudad de San Miguel, por iniciativa del ilustre Monseñor Víctor Basilio Plantier Lantard, junto a las señoras de la caridad y la ayuda económica de muchas personas altruistas de la ciudad de San Miguel como don Celeste Meardi, don Federico García Prieto, don Fausto Funes, doña Amelia Hartmann de Funes, y muchas familias de la sociedad migueleña, se inauguró el Asilo San Antonio, funcionando con 10 ancianas y 8 ancianos desamparados bajo la dirección de Sor Cecilia Mora, a quienes se les brindaría los beneficios de techo, alimentación, cuidados especiales y asistencia espiritual, obra que sirvió de estímulo para realizar muchas actividades e innumerables gestiones de ayuda a nivel local como nacional, para el sostenimiento de la obra.
Hasta el día de hoy, la Asociación de Señoras de la Caridad de San Miguel ha realizado diversas actividades de recaudación de fondos como: rifas, cafés típicos, elección de la reina del henequén, festivales de marimba, cenas bailables y temáticas, festivales gastronómicos, bingos, plan padrino, entre otras más, para generar fondos que ayuden a cubrir todas las necesidades del asilo.
Nuestros adultos mayores participan de muchas actividades de recreación, religiosas, paseos, fiestas especiales, navidad, y todas están calendarizadas en el plan de trabajo anual, con la valiosa dirección de las hijas de la caridad de San Vicente de Paúl y con el apoyo de los benefactores migueleños, del país y del exterior.
El Asilo San Antonio ha contado durante lo largo de su historia con la colaboración de muchos estudiantes de diversas carreras de la salud, quienes muy gentilmente han realizado sus horas sociales en nuestro hogar, labor por medio de la cual hemos sensibilizado a la población. A lo largo de 78 años se ha atendido varios cientos de adultos mayores, en las diversas áreas quienes han gozado de muchos cuidados de calidad en la última fase de sus vidas, contribuyendo así de manera integral con este grupo de personas provenientes de toda la zona oriental de El Salvador.
Somos una institución comprometida con el adulto mayor que carece de atención familiar, brindándole hospitalidad permanente y atención integral, fortaleciendo los valores espirituales y morales con el fin de contribuir a su rehabilitación y adaptación a un nuevo estilo de vida, así como también la atención de niños de hogares de escasos recursos brindándoles asistencia educativa, alimenticia, formación académica, valores morales y espirituales; contando para ello, con un personal capacitado para proporcionarles dichos servicios.
Ser una institución que promueve los valores humanos y cristianos basados en el espíritu vicentino para prestar un servicio y atención de calidad y calidez al adulto mayor que carece de amor y afecto, acogiendo a aquellas personas que se encuentran desamparadas y ponen en riesgo su vida por circunstancias difíciles que se viven en la sociedad, así como los niños provenientes de hogares que carecen de los medios necesarios para educarlos brindándoles un ambiente de armonía, comodidad, paz y tranquilidad.